(En castellano)
En l’article “Els límits a la feminitat” vaig parlar dels límits o fronteres que ens posen a les dones, fonamentalment: masclot, puta i tortillera. En aquest post parlaré del primer.
L’insult masclot es fa per a deixar clar que la masculinitat només pot ser patrimoni dels barons i per a exigir un determinat model de feminitat.
L’insult masclot es fa per a deixar clar que la masculinitat només pot ser patrimoni dels barons i per a exigir un determinat model de feminitat.
La masculinitat de les dones ha estat interpretada de diverses maneres: com a patologia; com a odi o rebuig al propi cos; com una identificació equivocada amb els barons (“volia ser com el pare, com el germà...”); com una falta de referents lesbians feministes (es pensa que ha de ser masculina per a fer coses d’homes); com el desig d’aspirar a tenir poder (en un món dominat simbòlicament per homes, se suposa que tot el món voldria ser home); com una reproducció del patriarcat en la relació de parella (voler fer el rol d’home en una parella lesbiana), etc.. Es pensa també que la dona viril és un model de la modernitat que apareix a l’actualitat com a producte del feminisme o de la relaxació de les normes de gènere. I sobre una dona masculina, encara que siga per efecte de l’esport, sempre pesa l’estigma del lesbianisme.
Per contra, Judit Halberstam (Masculinidad femenina, ed. Egales, 2008) sosté que la masculinitat no pertany als homes ni ha estat produïda solament per persones nascudes barons sinó que les dones han contribuït també a la masculinitat moderna, malgrat l’ocultació d’aquest fet pels estudis de gènere i la crítica tradicional. La masculinitat femenina és un gènere específic amb la seua pròpia història cultural, afirma Halberstam, i no un simple derivat de la masculinitat del barons ni el producte de la fascinació per la masculinitat dels homes o les seues prerrogatives.
Convé recordar que la masculinitat moderna, tal com l’entenem a l’actualitat, apareix al segle XX quan els ideals de virilitat de la classe mitjana blanca són modificats per homes de la classe treballadora, negres, immigrants... que aporten el model d’home musculós, fort i rude. Les masculinitats que triomfen ho fan a costa de la marginació d’altres masculinitats alternatives (inclosa la de les dones). Pel que fa a la feminitat moderna, aquesta depén de mesures antinaturals i pràctiques poc saludables (talons alts, roba incòmoda, dietes...).
Tot el món coneix les Drag Queen però no són tan conegudes les Drag King, segurament perquè si la masculinitat es considera natural, aleshores no pot ser imitada. Una Drag king és una dona que es vesteix d’home i que fa una actuació teatral interpretant la masculinitat –sovint en forma de paròdia– per a exposar la teatralitat de la masculinitat. La performance Drag king mostra l’estructura de la masculinitat dominant en fer-la teatral i repetir el repertori de rols i tipologies que la sustenten. Els espectacles i concursos Drag King són un escenari perfecte per a desnaturalitzar la masculinitat.
També hi ha els anomenats tallers Drag king on les dones són instruïdes en la manera que tenen els homes d’ocupar l’espai, de dominar les converses, de tirar escopinades al terra o de col·locar-se el penis. Es tracta d’experimentar l’autoritat d’un home, el seu territori i els seus drets per desmuntar la naturalitat del gènere com a procés a través del qual els individus se senten en el dret de reclamar certs tipus de poder pel fet de posseir un cos determinat.
Al marge d’actuacions o performances seria una excel·lent mostra d'avanç social que les xiques masculines no foren mal mirades ni insultades i que pogueren viure la seua masculinitat no com un estigma sinó com una manera legítima de ser i de mostrar-se.
(La foto és del magnífic documental sobre Drag Kings Venus Boyz. A l'entrada de karici.es Transgèneres, podeu veure'n alguns fragments).
7 comentaris:
Beatriz Preciado, en esta entrevista de El Pais, ofrece también su visión de la masculinidad:
Pregunta: En 'Testo yonqui' propone a las mujeres tomar testosterona. ¿Cree que así romperíamos el techo de cristal?
Respuesta: Eso es una fantasía de política ficción. La filosofía hace eso, produce ficciones que nos ayudan a modificar el modo en que vemos lo real. Pero nada impide que todas las mujeres tomen testosterona y mañana sean hombres. La posibilidad es tan simple que tiene que haber medidas de restricción para evitarlo. Mi proyecto político es más serio y lúdico a la vez. Imagínate qué mundo lleno de tíos peludos. La estructura de dominación está tan anclada que claro que hay techo de cristal. Pero también represión del lado masculino. Ellos tampoco están bien.
http://www.elpais.com/articulo/portada/sexualidad/lenguas/Todos/podemos/aprender/varias/elpepusoceps/20100613elpepspor_8/Tes
Uys, qué bonito esto de
"La filosofía hace eso, produce ficciones que nos ayudan a modificar el modo en que vemos lo real"
¡Pura poesía!
Enlazando la intersexualidad con la censura a la masculinidad de las mujeres. En el post “Hay que cortar” mostrabas el caso de una de tantas mujeres que han sufrido la ablación del clítoris en su infancia, en países occidentales, en contextos hospitalarios. Y en otro anterior también sobre intersexualidad recogías este texto de Mauro Cabral: “En nuestra cultura, (…), el tamaño “aceptable” de un clítoris oscila alrededor de los cuatro centímetros como máximo –nada llamativamente, el mínimo no es considerado un problema relevante. Más allá de esa medida, que marca uno de los límites férreos de lo femenino, se despliega la amenaza de un cuerpo malformado, virilizado, mal emplazado en su género.”
Los clítoris grandes, -que podrían parecerse o usarse como penes, dice Moisés Martínez-, se cortan.
Con algunos textos mostrabas que hay un claro paralelismo entre la ablación del clítoris en ciertas culturas africanas y las diversas formas de recortar-mutilar-reprimir la actividad y el placer sexual de las mujeres en nuestra cultura.
Pareciera que le sigue este otro paralelismo entre la mutilación genital intersex en niñas, “…. uno de los procedimientos feminizantes más brutales y literales de nuestra cultura” y la represión de la masculinidad en las mujeres.
A cada caso corresponde un insulto como forma de control: puta en un caso, marimacho en otro.
En cuanto a lo que dice Beatriz Preciado, “Pero también hay represión del lado masculino. Ellos tampoco están bien”, cabe recordar que los penes menores de lo supuestamente debido también se mutilan. Aquellos que -dice Moisés Martínez-, “podrían no ser aptos para penetrar”. También hay un paralelismo obvio.
Será que, como dice Nuria Gregori: “Todos los esfuerzos dedicados a elaborar categorías, definiciones, criterios y protocolos para diagnosticar tal ambigüedad [intersex], así como el auge en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías biomédicas para corregirla, revelan la inquietud que provoca dentro de nuestro orden sociocultural la ambigüedad y lo inclasificable en relación al sexo, al género y a la sexualidad.”
(Sí, sí, molt allunyat del que diu Gabriel Martín. Que, pert cert, el seu cas no és molt semblant a la situació de María Patiño que conta Fausto Sterling, insensibilitat als androgens? Tanmateix, aquesta esportista reivindica la seua condició d’atleta femenina.)
Au, m’en vaig de vacances!
Hola Teresa, siento el retraso en la respuesta pero dificultades de conexión me han tenido apartada del blog una semana larga. En ella, he aprovechado para leerme Middlesex, de Jeffrey Eugenides, la historia de un intersexual con déficit de la enzima 5-alfa-reductasa
(http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?lng=ES&Expert=753) Es la historia de una chica nacida con genitales en apariencia femeninos que al llegar a la pubertad se masculiniza. Te lo recomiendo. En algunas zonas, por ejemplo en la República Dominicana, parece ser que se da con mucha frecuencia la existencia de “niñas” que se masculinizan. Se les llama “güevodoces” y también “marimachos”.
Efectivamente, el caso de Jacob (y contesto aquí porque el otro post ya queda un poco lejos) parece diferente aunque, como señalas, y tal vez sea debido al documental, no parece que preocupe tanto la salud del niño como asignarle un sexo. La doctora Ojuel me comenta que los testículos inguinales suelen tumorarse y que en general es aconsejable extirparlos o (como aquí se hace) hacerlos descender. En cuanto a la eliminación de la vagina de Jacob, parece en el documental que también es aconsejable porque puede infectarse. Podríamos discutir si se hubiera eliminado en caso de no ser en absoluto peligrosa. En mi opinión no debería extirparse nada que no sea perjudicial para la salud de la persona, pero como bien dices en tu comentario, el documental es un campo de minas y faltan por explicar muchísimas cosas.
Buscando sobre los güevodoces he encontrado una página de antropología curiosa: http://antropologia-online.blogspot.com/2007/10/la-transversalidad-de-gnero-contexto.html
Hola Rosa.
Es muy interesante el artículo que sugieres. Empezando por los navajos, entre los cuales los intersexuales son reconocidos y ocupan un lugar social –un tercer sexo-. Continuando por las tradiciones dos espíritus, berdaches, personas caracterizadas por conductas y formas de vestir del otro género y a los que se reconoce una posición social. Es destacable que estos status puedan ser ocupados en la infancia, o bien en la edad adulta e incluso de manera intermitente. Claramente en estos casos el género es independiente de los genitales. En particular entre los pima el desempeño de ciertos trabajos es más decisivo que aquellos.
No menos interesantes son los roles de género cruzado. Como los “corazones de hombre” de los piegan septentrionales y la mujer tiburón de las Marquesas. En el primer caso se trata de mujeres “macho” caracterizadas por su agresividad, independencia y sexualidad. No se las considera un género diferente y no es un rol rechazado. Y etc., etc., seguiremos con el artículo y las consecuencias que se deducen.
María! Tinc ganes de tornar a llegirte tot i que enguany siga des de la distància.
A mi m'encataria que continuares entrant al bloc... així que... jo continuaré escrivint!!
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